Académicos de la Universidad de Chile recogen experiencia internacional en formación de profesores

12 de Octubre de 2011
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Investigadores visitaron la Universidad del Estado de Michigan y la Universidad de Toronto como miembros de la Comisión Institucional de Educación.
Estados Unidos y Canadá, fue el último destino que emprendieron representantes de la Comisión Institucional de Educación de la Universidad de Chile. El equipo, formado por Patricio Felmer, Carlos Ossa y Carmen Sotomayor, investigadores del Centro de Modelamiento Matemático (CMM), Departamento de Estudios Pedagógicos (DEP) y del Centro de Investigación Avanzada en Educación (CIAE), respectivamente, tenía un solo objetivo: conocer la experiencia de formación de profesores e identificar las fortalezas y vínculos entre estos procesos y la investigación educacional en la Universidad del Estado de Michigan (MSU) y la Facultad de Educación de la Universidad de Toronto (Ontario Institute for Studies in Education – OISE).

El viaje -que se efectuó entre el 14 y 15 de septiembre a EEUU, y el 19 y 20 de septiembre a Canadá- no es el primero que se realiza con este propósito. Suecia, Finlandia, Australia y Cuba, han sido también parte de esta iniciativa que busca conocer experiencias internacionales, de prestigio y calidad, que sirvan para elaborar una sólida propuesta de Educación para la Universidad de Chile.

Según Patricio Felmer, el interés en estas dos Casas de Estudios se debe principalmente a su prestigio e historia. “Ambos son centros de primer nivel y en ambos, los problemas y las dificultades son bien diferentes, muchos de ellos provenientes de la propia historia”. Una opinión en la cual coincide Carmen Sotomayor. “La Universidad de Michigan es considerada, en Estados Unidos, la mejor universidad en formación de profesores. Su facultad de educación está a la punta de lo que se está haciendo en formación de docentes en el mundo y, en el caso del OISE, además del alto estándar de sus docentes, nuestro interés estaba en sus orígenes. El OISE era un centro de investigación, creado hace más de cien años, con gran reputación, que finalmente debió fusionarse con la Facultad de Educación, un tema que como Universidad nos identifica y nos interesaba conocer”, agrega.

Bajo este contexto, los investigadores realizaron diferentes entrevistas, tanto a académicos como a algunos directivos en cada una de las Universidades, con el fin de conocer con mayor profundidad el trabajo que realizan, los programas que ofrecen y los desafíos que han enfrentado, entre otros.

Para Carlos Ossa, la importancia de este viaje está precisamente en la posibilidad de conocer otras experiencias, “la posibilidad de tomar distancia de la situación cotidiana, poder descubrir que muchas de las dificultades y aciertos han sido ya vividos por otras instituciones dedicadas a esta actividad académica, y resueltas de diversa forma”. Lo mismo valora Felmer. Para el académico del CMM, fue tremendamente positivo, interesante y motivador ver experiencias de Facultades de educación en acción. “Me sorprendió el respeto e interés por la experiencia chilena y la generosidad de todos los que entrevistamos. Las discusiones fueron abiertas, donde se hicieron ver las características de los programas sin esconder las dificultades. Esta experiencia fue muy importante por la perspectiva que nos da en cuanto a qué y cómo hacerlo. Los problemas que tenemos y que tendremos en nuestra universidad para instalar y desarrollar la educación como un área de importancia en la universidad no serán originales nuestros, ocurren en el resto del mundo, pero la solución deberá ser original y nuestra capacidad de aprender de éstas y otras experiencias será fundamental”, agregó.

Universidad de Michigan: Formación basada en la investigación y centrada en los contenidos y práctica

Entre los principales temas que destaca Sotomayor de la Universidad de Michigan (MSU) está la importancia que existe en generar una relación estrecha entre docencia e investigación. Según la investigadora del CIAE, “En la MSU, a todos, sin excepción, se les exige realizar ambas funciones, aunque con cierta flexibilidad”. Para Felmer, esta mezcla entre “potencia en la formación de profesores” y preocupación central por la investigación, es sin duda una característica de gran interés.

Para esto, los profesores deben dar dos cursos por semestre, realizar investigación y publicar. Un propósito que incluso ha sido potenciado con la disposición arquitectónica del nuevo edificio del College de Educación, en el cual –a través de sillas y mesas colocadas frente a las oficinas de los académicos- se generan espacios de encuentro e interacción natural entre profesores y estudiantes que no se producirían en el tradicional corredor.

Cabe destacar también la centralidad que le otorgan a la enseñanza de los contenidos disciplinarios, especialmente durante los dos primeros años, donde los estudiantes realizan su formación disciplinar en distintos Colleges de la Universidad . Según Sotomayor, “El College de Educación de la Universidad del Estado de Michigan está abierto a las otras facultades”.

A esto se suma la conexión de éstos con la práctica. Para Carmen, en Chile, actualmente existe mucha preocupación por las prácticas de los estudiantes de pedagogía, por lo mismo, es interesante conocer la experiencia de la MSU. “Su formación práctica es muy bien diseñada y pensada, además de ser conducida por gente bien preparada. Tiene una muy buena combinación de equipos: están los académicos del College de Educación, profesores jubilados de gran experiencia y estudiantes de doctorado que ejercen como coordinadores de práctica y, por otra parte, los mentores, profesores destacados que guían a los estudiantes en práctica en los establecimientos escolares”.

En la MSU, los estudiantes realizan tres prácticas. La primera, en tercer año, consiste en trabajar cuatro horas semanales con un solo alumno. “El propósito es que los estudiantes en formación tengan una experiencia de enseñanza y aprendizaje en profundidad”, agrega la académica. La segunda, en cuarto año y 12 horas semanales, consiste en observar las clases de su profesor guía en cada materia, luego planificar con él una unidad completa, implementarla y evaluarla en el grupo curso. Y la de quinto año, de 24 horas semanales, denominada “internado”, consiste en trabajar durante todo el año con un curso, acompañado por su mentor o profesor guía. Para el MSU, un egresado de su universidad puede acceder a la vida laboral equipado correctamente sólo después de quinto año, a diferencia de otras universidades que entregan certificación para enseñar al terminar el cuarto año.

Otro tema importante es cómo abordan problemas emergentes dentro de la formación de profesores. Para esto, han desarrollado programas de carácter más experimental. Un ejemplo es el programa de formación de profesores para contextos urbanos pobres, para el cual reclutan y forman a profesores provenientes del mismo sector social. Para Ossa, la MSU es una institución con sentido de trascendencia, por lo mismo, “hacen viables múltiples propuestas de desarrollo profesional docente, a escala humana, con preocupación por atender urgencias sociales”, explica.

Universidad de Toronto: Marcando tendencia en Investigación

Para esta Facultad de Educación, es sin duda su origen como centro de investigación de alto nivel, la característica que mejor la define. Actualmente, el OISE cuenta con 140 académicos que hacen investigación a tiempo completo y 140 profesores también con dedicación exclusiva a la docencia. Para el académico del DEP, el principal desafío que tiene esta facultad es precisamente el superar la separación que existe entre la actividad investigativa con la actividad de formación docente. “ellos mismos reconocen la necesidad de superar esa condición que les llega por juntar, de manera incompleta y en un carril, dos historias académicas que siempre fueron paralelas y complementarias”, agrega Ossa.

No obstante, aunque pocos investigadores del OISE se dedican a la formación de profesores, Sotomayor destaca el valor que representa para un estudiante el formarse en un ambiente de investigación que le permita ampliar su visión. “En esta Facultad, su investigación multidisciplinaria está diseñada para impactar en todos los ámbitos, en los actores del sistema educativo, en las políticas y en los profesores”.

Bajo este contexto, la formación de profesores descansa principalmente en los profesores del sistema que son contratados por la universidad en el sistema de “secondments”. Esto significa que la Facultad contrata a destacados docentes en ejercicio por tres años y jornada completa, luego de ser rigurosamente seleccionados y en acuerdo con sus empleadores. El estímulo para estos profesores es el prestigio, la oportunidad de aprender y de ser ascendidos a mejores puestos en su escuela original, al momento de volver al sistema escolar.

Para Sotomayor, un tema que marca diferencia es el estatus que ofrece la profesión docente en Canadá que les permite realizar una muy buena selección y escoger realmente a los mejores. “A diferencia de Chile, su formación escolar es muy buena. El problema aquí es que vienen mal preparados y el nivel de inicio es muy bajo”, agrega.

Anualmente, el OISE recibe 7 mil postulaciones, de los cuales sólo 1.100 son admitidos, luego de un riguroso proceso que implica una evaluación escrita, notas de los cursos realizados, elementos de liderazgo, experiencias educativas anteriores e incluso la revisión de sus antecedentes penales. No obstante, para esta facultad lo más importante, destaca Sotomayor, es la vocación, ya que asegura la permanencia en la profesión. “Lo importante para ellos es seleccionar a las personas idóneas y comprometidas con la profesión”.


Fuente: CIAE

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