Investigador del CIAE obtiene proyecto FONDECYT que analizará el impacto de las TICs en la educación

08 de Noviembre de 2011
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La investigación, que se extenderá por dos años, contempla el análisis de estudios del Banco Interamericano de Desarrollo, la UNESCO y Enlaces.
Hace más de 30 años, las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC) se incorporaron a las escuelas bajo grandes expectativas de cambio y mejora en la educación. Sin embargo, después de tanto tiempo, no hay evidencia concluyente que permita afirmar que los alumnos aprenden más que con métodos tradicionales. ¿Cuáles han sido las causas de este fenómeno?

Ésta, es una de las interrogantes que tratará de abordar y responder el investigador del CIAE y doctor en Ciencias de la Ingeniería, Patricio Rodríguez, en el proyecto “Modelos para el estudio, diseño y análisis de ambientes de enseñanza–aprendizaje asistidos por tecnologías de información y comunicación”, recientemente aprobado por FONDECYT.

El estudio, que se realizará en un período de dos años con un equipo multidisciplinario de investigación, busca precisamente distinguir el impacto de las TICs en la educación, y a su vez, apoyar el desarrollo de políticas públicas que permitan mejorar este impacto; estudiar proyectos de integración curricular de TICs en Chile y en otros países en colaboración con Centro Enlaces de Educación y Tecnología del Mineduc, la oficina de UNESCO-Paris y la división de Educación del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

Según Rodriguez, “Las TICs se introdujeron en las escuelas bajo una lógica de revolucionar la educación, pero sin especificar cómo realizar dicha transformación y qué resultados concretos se esperaban de ella. Esto repitió el esquema de intentos pasados y fallidos de ‘tecnologizar’ las escuelas con, por ejemplo, películas, radio y TV educativa desde finales del SXIX. Para no repetir continuamente este ciclo, debemos especificar prácticas distintas y mejores desde las teorías de aprendizaje y la investigación empírica que permitan a los estudiantes aprender más y mejor en asignaturas y niveles concretos, para transferirlas a los profesores y alumnos, que son los protagonistas en el proceso educativos. Hacerlo con ellos y para ellos es fundamental”.

La inquietud de identificar verdaderamente cuál es el papel que juegan las TICs en la educación, de qué manera se han implementado, si existe evidencia de sus efectos en el aprendizaje y enseñanza de los alumnos, y cómo debiera ser un programa educativo basado en las TICs, entre otros, surgió como parte de su experiencia. “Después de trabajar más de quince años en proyectos de desarrollo e implementación de tecnología educativa, uno se da cuenta de los problemas, obstáculos y carencias que enfrentan diariamente los profesores, a los que se agrega una mayor presión, trabajo y a veces frustración, con la integración curricular de las TICs”. De ahí nació la inquietud de desarrollar metodologías de diseño de tecnologías educativas, para producir resultados efectivos y relevantes además de su efectiva adopción por parte de la escuela a través de estrategias adecuadas de acompañamiento, al menor costo posible para hacerla competitiva y sustentable en el tiempo; y que la política pública de cuenta de esta necesidad de diseño, especialmente si fomenta el desarrollo de este tipo de innovaciones”, argumenta.

Según Rodríguez, uno de los problemas es que la comunidad científica y especializada no ha consensuado lo que es un programa de integración curricular de las TICs. “Actualmente –señala– estamos midiendo de la misma forma, el efecto agregado de usos de TICs (como el mero acceso a Internet) con otros más sofisticados, con modelos pedagógicos y estrategias de transferencia y escalabilidad. Por esto, queremos determinar qué iniciativas se acercan más a la definición propuesta en base a lo que sabemos hasta ahora sobre el tema, para estudiar diferenciadamente el impacto de ellas. Esto bajo la hipótesis que un buen diseño, correctamente implementado y transferido debiese producir mejores resultados”.

Para lograr los objetivos antes señalados, y como parte de la metodología de trabajo, se revisarán estudios de impacto que cumplan con criterios de evidencia rigurosa respecto de su efectividad, en el ámbito internacional y nacional, incorporando estudios del Banco Interamericano de Desarrollo, la UNESCO y Enlaces. “El objetivo -señala- es analizar la mayor cantidad posible de proyectos, incluyendo aquellos que no funcionaron, para establecer su relación en cuanto al ajuste modelo que se propone. En la literatura científica, normalmente lo que se publica es lo que resultó, creando un sesgo hacia los resultados positivos”.

El proyecto contempla también la transferencia de sus resultados, a través de la publicación de artículos científicos, la participación en conferencias internacionales de público especializado, y un seminario de difusión internacional en Santiago, para el público general.


Fuente: CIAE

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