“En Uruguay, la asistencia de los niños y niñas a clases presenciales ha sido optativa, libre y voluntaria”

18 de Agosto de 2020
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Adriana Aristimuño, directora sectorial de Planificación Educativa del CODICEN, el organismo rector de la educación pública de Uruguay, explicó en seminario la experiencia de ese país.

Escuchar a actores educativos, aprender de la experiencia internacional y poner en el foco en la importancia de la comunicación y participación en el análisis de escenarios de apertura escolar fue el objetivo del webinar: “Retorno a los centros escolares: Construyendo confianza para seguir educando”, organizado por Líderes Educativos, el CIAE de la U. de Chile, y la Fundación Educacional Arauco. 

Se trató de una instancia de conversación marcada por los aprendizajes sobre la importancia de escuchar a las comunidades educativas, de la gradualidad, flexibilidad, lo voluntario,  asumir ciertos criterios y hacerse preguntas como ¿quiénes vuelven?, ¿partimos con escuelas rurales?, en la que participaron Adriana Aristimuño, directora sectorial de Planificación Educativa del CODICEN, el órgano rector de la Administración Nacional de Educación Pública de Urugay; y la profesora de historia y rectora del Colegio Constitución de la Región del Maule, Gertrudis Díaz.

En Uruguay, se realizó una priorización social en la elección de quienes volvían antes a clases, partiendo con las escuelas que están en contextos de pobreza y que brindan un servicio social importante, explicó Adriana Aristimuño. “Se prioriza a los centros socialmente más comprometidos, los centros educativos con menos presencia de conectividad digital, también se eligieron los centros en los departamentos del país donde hubieran cero casos o pocos casos, y algunos tramos educativos con algún tipo de especificidad, por ejemplo, educación inicial primero, o fines de tramo educativo”,  señaló Aristimuño. En estos casos, “hubo una opinión pública favorable al retorno, porque niños y niñas estaban solos, con poca socialización en los sectores más pobres y con muchas carencias”, explicó. 

Adriana Aristimuño agregó como criterio clave que en Uruguay la asistencia de los niños y niñas a clases presenciales es optativa, libre y voluntaria: “Al principio fue muy baja, los porcentajes de las primeras escuelas rurales albergaba nada más que el 30% de la matrícula, fue subiendo muy lentamente desde el 22 de abril que se habilitaron, hasta julio, que llegamos al 50% de asistencia”. 

Comunidades escolares: parte de la decisión

Según Aristimuño en Uruguay “las decisiones se toman a nivel nacional, se da una pauta general, pero se dio libertad para que cada centro educativo se organizara”.

Para la profesora de historia y rectora del Colegio Constitución de la Región del Maule, Gertrudis Díaz, quien también expuso en el seminario, “podemos diseñar miles de protocolos, pero si no existe escucha, participación, confianza de quienes van a ser los actores de los mismos protocolos podemos terminar recibiendo un conjunto de instrucción de cómo proceder y no hacerlas nuestras en nuestro actuar cotidiano”. 

Según relata Díaz, las tensiones en la comunidad escolar han aumentado con esta discusión del regreso: “Hablar de retorno en abstracto sin contar con información provista por redes de instancia técnica y solo con la finalidad de cumplir un requerimiento con sentido de urgencia es algo que tensiona mucho”. 

Otra complejidad que describe la directora es cómo enfrentar la tarea de rediseño al retorno presencial: “Hemos planteado la modalidad del trabajo mixto, que también es lo que propone el ministerio (...) la idea nuestra es tener clases en el colegio, pero también clases transmitidas a las casas de los papás que decidan que sus hijos se queden en casa, y eso ha permitido descomprimir y distensionar un poco el tema”, agregó. 

Aristimuño ve un desafío en esta línea ya que según indicó, para los profesores, es complejo tener una doble función de trabajo presencial y virtual: “Algunos niños y niñas vienen presencial y otros no, por lo que se complica el trabajo docente”.

La construcción participativa es clave

Todos los países que han planificado su retorno a clases lo han hecho a partir de la construcción participativa de dichos procesos. Esa es una de las conclusiones también del documento “Reapertura de los establecimientos escolares en el mundo: Aprendizajes, consideraciones y desafíos para Chile”, del Instituto de Estudios Avanzados en Educación de la U. de Chile, donde se analiza la experiencia de los países que han retornado una vez demostrado un adecuado control de los riesgos de contagio.

“La experiencia internacional destaca la importancia del involucramiento de la comunidad escolar en el proceso de reapertura, mediante un diálogo simétrico y sostenido con las autoridades centrales”, sostienen los autores del documento, el académico del Instituto de Estudios Avanzados en Educación de la U. de Chile, Juan Pablo Valenzuela y Danilo Kuzmanic, asistente de investigación del CIAE.

Agregan que la decisión de retomar las clases no es de carácter dicotómico –reabrir o no reabrir-, sino que corresponde a un proceso gradual, con matices: “Esto se debe hacer sopesando diversas variables, además de la sostenida reducción del riesgo de contagio y las condiciones para atender adecuadamente las condiciones de salud de la población”.

 


Fuente: Comunicaciones CIAE

Palabras Clave: regreso a clases   experiencia internacional   pandemia   COVID-19  
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