Investigadores del CIAE exponen en Reunión Anual de Asociación Americana de Investigación Educacional

21 de Abril de 2015
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Investigadores expusieron sobre cómo se han introducido las competencias del siglo XXI en el currículo escolar chileno y cómo las creencias de los docentes chilenos afectan su capacidad para hacer juicios imparciales sobre sus estudiantes.

Cómo se han introducido las competencias del siglo XXI en el currículo escolar chileno y cómo las creencias de los docentes chilenos afectan su capacidad para hacer juicios imparciales sobre sus estudiantes. Esas fueron las dos temáticas que investigadores del Centro de Investigación Avanzada en Educación de la U. de Chile (CIAE) presentaron en la Reunión Anual 2015 de la Asociación Americana de Investigación Educacional (AERA, en sus siglas en inglés), el encuentro de expertos en investigación más grande del mundo con más de 14 mil asistentes y 2600 sesiones.

El lema de la versión 2015 de la reunión tenía por objetivo examinar el significado de la cultura, lenguaje y patrimonio de la investigación y práctica en educación con el foco de la promoción de la justicia.

En la reunión, que se realizó en Chicago, participaron del CIAE los académicos Cristián Bellei, Liliana Morawietz, Francisco Martínez y Alejandra Mizala, quien es directora académica del centro.

Género y ansiedad por las matemáticas

Más de 200 docentes en formación formaron parte del estudio realizado por Mizala y por los investigadores del Centro de Modelamiento Matemático de la U. de Chile, Salomé Martínez y Francisco Javier Martínez. ¿El objetivo? Determinar cómo la ansiedad de un profesor de matemáticas puede afectar su capacidad para hacer juicios imparciales sobre sus estudiantes y cómo dicha ansiedad se relaciona con estereotipos de género.

El estudio encontró que los futuros docentes consideran que los hombres tendrían mejor desempeño en matemáticas que las mujeres. Y sólo cuando se trataba de mujeres con dificultades en las matemáticas, los profesores consideraban que esos problemas podrían tener consecuencias a largo plazo en el rendimiento académico general. Cuando los niños eran los que tenían problemas con las matemáticas, los docentes en formación no veían que ello impactara a largo plazo. Para volver a chequear este resultado, los investigadores repitieron la metodología experimental en una nueva muestra de docentes en formación, pero se les presentaron casos hipotéticos que mostraban alumnos con dificultades en lenguaje. No hubo efectos significativos del género de los alumnos en las expectativas de rendimiento general en ese ramo.

En otras palabras, el estudio encontró que las expectativas sobre el rendimiento futuro difieren significativamente en función del género del estudiante. Además, en el caso de los futuros profesores, sólo en matemáticas ellos consideran que el bajo desempeño presente está relacionado con problemas académicos en el futuro.

Competencias del siglo XXI

En la reforma curricular de mediados de los 90, se establecieron como objetivos transversales del currículo escolar competencias del siglo XXI: competencias intrapersonales como apreciación de diversidad; competencias interpersonales, como liderazgo; y competencias cognitivas. Si bien con esta medida Chile se alineó a la tendencia internacional, los investigadores del CIAE buscaron determinar cuál es el enfoque que dichas competencias tienen en la educación básica y secundaria y cuál es la relación entre la relevancia asignada a ellas y los objetivos y énfasis de las políticas y programas educacionales orientadas a implementarlas. Ello, considerando el contexto de nuevas reformas que ha aplicado Chile, basadas en el accountability y en la administración de test estandarizados.

La investigación, realizada por Bellei y Morawietz, consistió en un estudio de caso, que revisó documentos oficiales, como leyes y literatura especializada sobre reforma; realizó entrevistas a tomadores de decisiones, expertos y educadores; y realizó una revisión del currículo escolar, usando técnicas de análisis de contenido.

La investigación concluyó que la adopción de dichas competencias por el sistema educacional chileno ha sido irregular, mostrando un fuerte énfasis en aquellas competencias cognitivas en desmedro de las inter e intrapersonales. “Las competencias cognitivas han estado fuertemente implementadas y todos los ramos han estado centrados en fortalecerlas. Por ejemplo, en lenguaje y comunicación, las competencias cognitivas son enfocadas enseñándoles a los estudiantes a leer y analizar críticamente diferentes tipos de textos para expresar –de manera oral y escrita- su visión personal de trabajos literarios y para analizar críticamente los mensajes de los medios”, explicó Bellei.

Agregó que, en cambio, las competencias intrapersonales han sido implementadas de manera errática. Por ejemplo, la apreciación de la diversidad es desarrollada en el ramo de lenguaje y comunicación. “A su vez, las competencias interpersonales son escasas en el currículo. De hecho, casi están confinadas a aquellas actividades que involucran trabajo en equipo en algunos ramos”, dijo Bellei.

A juicio de Bellei y Morawietz, la evidencia muestra un bajo impacto de las prácticas de enseñanza y aprendizaje y una relevancia disminuida de la agenda de las competencias del siglo XXI en las políticas educacionales. “Ello parece estar relacionado, por un lado, con una debilidad de los mecanismos de  implementación, como materiales para docentes, entrenamiento, programas de mejoramiento escolar, los que no fueron diseñados para incorporar las competencias en las actuales experiencias de aprendizaje y dinámicas de clase dentro de las escuelas”, explicaron los investigadores.

A ello se agrega un marco institucional inadecuado, que pone énfasis en la privatización y en un sistema de rendición de cuentas, basado en test. “El número de pruebas Simce ha aumentado en los últimos tres años, pasando de 9 test Simce aplicadas en los primeros años de la década de los 2000 a 40 pruebas Simce en los últimos tres años”, dijo Bellei.

Un ejemplo clave, según los autores, es la implementación de educación para la ciudadanía, la que, a juicio de los investigadores, fue tardía y lenta. El programa de estudio de la educación cívica, diseñado por la dictadura en los ’80, fue el programa oficial durante la primera década de regreso de la democracia. Más aún, los renovados programas no enfatizaron la participación política, a través de participación en elecciones, como una cuestión importante para la democracia. Finalmente, la reforma eliminó la educación cívica como tal, aunque los contenidos y lineamientos generales fueron distribuidos en diferentes partes del currículo. Finalmente, en 2004 una comisión creada por el gobierno recomendó introducir cambios en el currículo y los textos escolares, pero una medición internacional realizada en 2009 encontró que Chile no había hecho progresos en esa área desde 1999.


Fuente: Comunicaciones CIAE

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