“Los niños adquieren su primera lengua mediante la capacidad innata y exposición a ella”

07 de Noviembre de 2014
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Cristina Schmitt, experta en lingüística de la Universidad del Estado de Michigan, estuvo de visita en el CIAE.

Adquirir una lengua no es tarea menor, ya que el lenguaje es un sistema complejo que se compone de elementos independientes (un sistema de sonidos, palabras o vocabulario y principios para combinar palabras, hacer frases y asignarles una interpretación), que deben ser integrados al crear y decodificar el habla. Sin embargo, los niños adquieren su lengua materna de manera intuitiva.  Así lo explica la profesora asociada de lingüística de la Universidad del Estado de  Michigan Cristina Schmitt, quien estuvo de visita en el Centro de Investigación Avanzada en Educación de la U. de Chile, donde colabora con una investigación que busca determinar cómo los niños adquieren el español chileno. Se busca, por ejemplo, identificar cómo los niños procesan información de partes de una palabra o frases cuando las escuchan. ¿El objetivo? Informar de este proceso a investigadores  y educadores que trabajan con niños para contribuir a un mayor conocimiento. Los beneficios  son variados, desde entender qué esperar a ciertas edades, información que es relevante para psicólogos, profesores y médicos, por ejemplo,  hasta poder diseñar medidas de evaluación  del lenguaje, ya sea típico o atípico (trastornos del lenguaje).  

Schmitt conversó con el CIAE sobre este tema.

¿Cómo los niños pequeños adquieren el lenguaje?

Sabemos que los niños adquieren su primera lengua mediante una combinación de capacidad innata y exposición a dicha lengua. En pocos años y casi sin esfuerzo, nos volvemos hablantes nativos de cualquier lengua a la que estemos expuestos. Tenemos intuiciones perfectas acerca de qué es y qué no es parte de nuestro sistema de lengua y podemos producir y comprender frases que nunca antes habíamos escuchado. La idea prevalente es que estamos diseñados para tener una idea de lo que debemos aprender para después,  al momento de escuchar, buscar información relevante que nos permita tomar decisiones acerca del tipo de lengua que estamos aprendiendo. Una vez que descubrimos algunas propiedades, las otras siguen naturalmente como consecuencia.

¿Es un proceso natural? ¿Qué influye en éste?

Sí, es un proceso natural. No se necesita mucho siempre que exista interacción temprana con otros hablantes. Los niños con un desarrollo normal adquieren cualquier lengua a la que están expuestos más o menos al mismo tiempo. La capacidad para aprender una lengua es muy robusta. Por ejemplo, si el lenguaje al que nos exponemos es el resultado de un aprendizaje incompleto (como en el caso de que nuestros padres o cuidadores hayan aprendido una segunda lengua) es probable que existan algunas inconsistencias. Sin embargo, el niño tomará lo que está disponible en el input  y, en cierto sentido, llenará los vacíos mediante la regularización de las inconsistencias  creando un sistema dónde no existía.

¿Cómo afecta en la adquisición del lenguaje en los niños, la manera como los adultos hablamos?

Los adultos tienden a pensar que ellos pueden “enseñar” a los niños su primera lengua. Pero los niños aprenden más que nada por estar expuestos a la lengua y no por la intervención explícita de un adulto. Las correcciones, repeticiones, etc. no tienen un fuerte impacto  en el desarrollo del sistema. Claro que la manera en la que los adultos hablamos afecta la manera en que los niños aprenden. Si estamos expuestos al español, aprendemos español. Y si estamos expuestos a un dialecto particular, será ese dialecto el que aprendamos. Ahora, otra historia es si el dialecto que adquirimos es el que requiere el sistema escolar. Necesitamos separar nuestra capacidad de aprender cualquier lengua de la capacidad de dominar el dialecto que exige la escuela. Son cosas distintas.

 

Estudio

La experta colabora con dos estudios que están realizando Carolina Holtheuer y David Gómez, investigadores del CIAE. Ambas investigaciones usan tecnología de seguimiento ocular para examinar cómo y cuándo niños y adultos interpretan información a medida que esta se les presenta. El objetivo general es entender cómo el lenguaje ayuda a decidir a qué elementos se presta atención en un contexto dado.

En el primer estudio, se investiga el uso de la morfología plural y singular en niños y adultos hispanohablantes de Chile. Schmitt explica que el plural es redundante en español. Por ejemplo, en la oración en inglés“the cute girls are tall” (las niñas lindas son altas), solamente el sujeto y verbo están en plural. Pero en español, el plural se marca en  el determinante ‘las’,  en el sustantivo ‘niñas’, en el adjetivo ‘lindas’, en el verbo ‘son’ y en el adjetivo ‘altas’. Dado que hay tantas marcas de plural en español, es interesante saber cuál de esas “s” es más importante para la interpretación del plural por parte de adultos y niños. ¿Son tratadas de la misma manera? ¿Qué pasa si no puedes escuchar la ‘s’ plural en el determinante y el sustantivo pero sí en el verbo? ¿Afecta esto la interpretación?

¿Y cuál es más importante?

Lo que encontramos es que para los niños es importante escuchar el plural en ambas, el determinante (ej. ‘las’) y el verbo de la oración (ej. ‘son’). ¡No es suficiente que aparezca solamente  en el verbo! En este estudio es la combinación de las dos marcas lo que hace que los niños interpreten una oración en plural.

El segundo estudio que desarrollan analiza el uso de los verbos  ser y estar. ¿De qué se trata?

Analizamos el uso de los verbos ser y estar en frases como el gato es/está gordo. Según el enfoque tradicional, ser y estar aparecen en frases que describen propiedades permanentes y temporales respectivamente y estar es la cópula que se usa para describir  el resultado de un cambio. Sin embargo, lo que hemos encontrado hasta el momento es que los adultos usan estar para interpretar una escena que no necesariamente involucra un cambio de estado. Los datos de los niños no han sido analizados aún. Este estudio es parte del Fondecyt Iniciación de Carolina Holtheuer en el que Karen Miller (U. de Penn State) y yo colaboramos como contraparte internacional.

¿Cuál es el objetivo de ambos estudios?

Queremos entender cómo los niños procesan el lenguaje mientras la información aparece online. El foco es examinar la adquisición  del español chileno, de manera que los resultados puedan ser comparados con la adquisición de otros dialectos y/o lenguas.

¿Tienen implicancias prácticas?

Saber cómo se desarrollan normalmente los niños en edades particulares es importante en muchos aspectos. Por ejemplo, puede ayudar a desarrollar test clínicos para identificar trastornos de lenguaje y dar información a educadores que trabajan con niños que están adquiriendo el lenguaje.

 


Fuente: Elizabeth Simonsen - Comunicaciones CIAE

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