¿Los niños y niñas deberían dejar de hacer actividades relacionadas con la escuela durante las vacaciones o reforzar lo aprendido durante el año? Para Maria Opfermann, experta en las áreas de autorregulación, optimización del aprendizaje y teoría de la carga cognitiva, de la Universidad de Wuppertal en Alemania, la recomendación, considerando las amplias brechas de aprendizaje que ha dejado la pandemia, es que durante estos meses de vacaciones las familias puedan reforzar temas claves como la autorregulación en el aprendizaje– siempre de forma lúdica y promoviendo el disfrute por aprender – sobre todo con los niños y niñas que han experimentado dificultades durante el año escolar.

“No recomendaría hacer actividades todos los días durante las vacaciones, pero sí hacer algo para asegurar que los niños puedan mantenerse al día con sus pares, que no se queden atrás, por supuesto, es importante que disfruten sus vacaciones y su tiempo libre, pero, por ejemplo, si tienes un niño que necesita aprender a leer, entonces diría que es importante que se le dé prioridad a ese aprendizaje”, señala. 

La académica –que visitó Chile en el marco de la 14ª Conferencia Internacional sobre Teoría de la Carga Cognitiva, organizada por el CIAE de la Universidad de Chile, la Facultad de Educación de la Universidad Católica y Fundación Arrebol–, explica que la autorregulación permite que niños y niñas sean capaces de aprender por sí mismos. Si bien advierte que aún necesitarán el apoyo de sus profesores, con el desarrollo de la autorregulación se abren nuevas posibilidades de aprendizaje sin necesidad de que esté el profesor frente a ellos/as o explicando lo que tienen que hacer. “Abrir un libro por cuenta propia, comenzar a leerlo y solo si no entiendo pido ayuda, eso es autorregulación, la pandemia nos ha mostrado que esto es muy importante, especialmente para niños y niñas más pequeños que perdieron conexión con la escuela”. 

Algunas actividades

Si bien existen técnicas para promover la autorregulación en la sala de clases y bajo la supervisión de los/as docentes, los padres o cuidadores también pueden reforzarla. Para ello, Opfermann recomienda partir por la motivación: “Si estoy motivado empezaré a aprender sin que mi profesor me lo pida, necesitamos que los niños y niñas estén motivados para que hagan las cosas por sí mismos”. 

En el área de la lectura algunas actividades simples pueden ser preguntarles cuáles son sus libros favoritos, qué tipos de historias les gustan, leer junto a ellos/as por turnos: “no forzarlos pero sí asegurarse de que lo hagan, que puedan disfrutarlos y que se den cuenta cuán entretenido puede ser aprender algo nuevo”, señala. Explica que para fomentar la lectura es importante hacerlo en un momento o contexto en que el niño se sienta a gusto. Por ejemplo, cuando van al zoológico durante las vacaciones es bueno dejar que lean los carteles que entregan información sobre los distintos animales, especialmente de sus animales favoritos.

“Cuando caminas frente a una tienda de libros, invita al niño o niña a ver la imágenes de las portadas y pregúntale cuál es su favorita, luego invítalo a entrar a la tienda y pregúntale si le gustaría leer la primera página, si es algo que quiere hacer y se motiva es una buena oportunidad para comprarle el libro”, relata la investigadora. 

 También recomienda hacer preguntas con experiencias que hayan vivido y disfrutado: ¿te acuerdas de la última vez que comimos esa copa gigante de helado? Esos fueron 300 gramos de helado, imagina si ahora le agregamos 200 gramos más ¿cuánto helado podrías ser capaz de comer?  Otra idea es utilizar desafíos: dejar que los niños y niñas elijan dos o tres cosas que pueden comprar en el supermercado, con el desafío de que logren calcular cuánto les costarán esas cosas.  

“Este tipo de preguntas no solo son más entretenidas, sino que les permiten a los niños y niñas entender la relevancia práctica que tienen las matemáticas, que es parte de nuestra vida diaria, además de gatillar actitudes autorregulatorias, empiezan a pensar que pueden aprender por sí mismos”, señala. 

Los beneficios de dibujar 

Para Opfermann, el dibujo es una excelente puerta de entrada a la autorregulación en los primeros años, esto ya que dibujar es una de las actividades favoritas de los niños/as en general. “Si le das a un niño un bolígrafo o un crayón, lo más probable es que comience a dibujar. Entonces puedes usar el dibujo como una actividad de aprendizaje para motivar a los niños por los propios contenidos”, señala. 

Una actividad que propone es sugerirle a los niños y niñas dibujar animales y cada uno elige dibujar el animal que le gusta, también se puede tirar un dado y dibujar el animal que represente el número de los dados. Otra opción, para quienes necesiten reforzar la lectura, es complementar un libro con el dibujo: “se puede leer un texto y generar dibujos sobre las ideas principales del texto,  tendrán que reflexionar sobre lo que leen y controlar si han entendido lo suficiente cómo para hacer un dibujo”, explica. 

Fuente: Catalina Fuentes - Comunicaciones CIAE