¿Qué hacemos con las brechas socioeconómicas? La PAES no las resolverá, pero puede dar pistas

08 de Enero de 2024
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Columna del director de Juan Pablo Valenzuela, director del CIAE, publicada en La Tercera.

Esta semana se entregaron los resultados de la PAES, que reemplaza a la PSU como principal mecanismo de evaluación académica en el proceso de admisión en las universidades adscritas a este sistema. Como todos los años, en el sistema educativo existen enormes expectativas respecto del avance de los objetivos que se plantearon para esta nueva prueba.

La PAES se propuso desafíos que estaban identificados hace más de una década. Entre ellos, atenuar los sesgos de género y entre los liceos técnico-profesionales y los científico-humanistas; permitir la comparación en el desempeño de las cohortes; y dar más oportunidades durante el año para que los y las estudiantes puedan rendir esta evaluación. Otro de los objetivos era pasar de una evaluación centrada en el conocimiento curricular hacia una donde esos conocimientos estén aplicados a situaciones auténticas, más en línea con la prueba PISA, desarrollada por la OCDE para estudiantes de 15 años, donde Chile participa.

A dos años de su implementación, varios de estos objetivos, como la aplicación de la prueba dos veces al año y las pruebas diferenciadas en matemáticas, han sido valorados positivamente tanto por las y los jóvenes, como por el sistema educativo. Sin embargo, aun cuando exista la necesidad de monitorear los avances en los objetivos planteados por la PAES, es indispensable reconocer aquellos problemas de nuestro sistema escolar que no serán resueltos por este instrumento, por lo que no deben ser atributos sobre los cuales evaluar su calidad. Uno de ellos -y que ha generado un importante debate por estos días-, es la enorme desigualdad en el desempeño en todas las pruebas disciplinarias entre los colegios particulares pagados, los públicos y particulares subvencionados. Las importantes diferencias en los aprendizajes se seguirán reflejando en todos los instrumentos. Para reducir estas brechas es necesario continuar desarrollando políticas y programas dirigidos a mejorar el desarrollo temprano en los primeros años de vida y a la calidad de los aprendizajes.

¿La PAES puede hacer un aporte al respecto? Por supuesto que sí. Al ser comparable a través del tiempo, la PAES permite identificar los avances y retrocesos en las diferentes disciplinas, así como dar cuenta de las habilidades y competencias donde hay que poner mayor énfasis. A su vez, el DEMRE y la Subsecretaria de Educación Superior debiesen informar respecto de las condiciones de los estudiantes que ingresan a sus universidades.

Igualmente importantes son las trayectorias educativas de los y las estudiantes. Es necesario identificar buenas prácticas y experiencias implementadas por las instituciones y también es necesario monitorear las trayectorias de los y las estudiantes de menor rendimiento, quienes bajo la PAES están en condiciones de postular a las universidades selectivas y que en el contexto de la PSU no lo estaban. La PAES amplía el acceso a estos estudiantes, pero es necesario, además, resguardar que sea un buen predictor de la mantención y titulación en el sistema.

Mientras no se resuelvan los problemas estructurales de la educación, seguirá siendo importante reducir los sesgos de ingreso a las universidades con estrategias complementarias, como las notas de enseñanza media y el ranking; los programas de apoyo a estudiantes talentosos de mayor vulnerabilidad y los cupos adicionales para mujeres en carreras STEM.

Así, el foco prioritario debe seguir siendo cerrar las brechas identificadas según nivel socioeconómico, género, condición de migrante y territorio de las y los estudiantes. Y la información que suministre la PAES puede ser una ayuda en cumplir este objetivo.


Fuente: Comunicaciones CIAE

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