Ley de Subvención Escolar Preferencial: avances limitados a cuatro años de su implementación

05 de Marzo de 2014
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Investigación analiza impacto de primera ley que da recursos mayores a alumnos vulnerables. Las escuelas que habían completado, en 2010, tres años de plan de mejora subieron entre 1,6 y 10,5 puntos en lectura y entre 8,1 y 13,7 en matemática. En cuanto a la segregación, ésta se mantuvo entre 2007 y 2011.

La ley de Subvención Escolar Preferencial (SEP) debutó en 2009, poniendo fin a una inédita situación en el financiamiento de la educación: los escolares chilenos se educaban con iguales recursos de parte del Estado, independiente de su nivel cultural. Es más, gracias al financiamiento compartido, los estudiantes de más altos ingresos, cuyas familias aportaban un copago a los colegios, tenían más recursos disponibles para su educación que los alumnos más vulnerables, en quienes debería invertirse más.

La ley SEP cambió este fenómeno, al otorgar un aumento de un 60% de la subvención regular promedio por cada alumno prioritario matriculado entre prekinder y sexto básico y dos tercios de ese monto para los estudiantes de entre séptimo básico y cuarto medio.

El Estado invirtió más de 720 mil millones de pesos en los cuatro años de implementación de la SEP, lo que constituye una de las políticas educativas más cuantiosas de las últimas décadas.

A cuatro años de su implementación, ¿cumplió las expectativas? Es lo que investigaron los académicos del Centro de Investigación Avanzada en Educación (CIAE) de la U. de Chile, Juan Pablo Valenzuela, Gabriel Villarroel y Cristóbal Villalobos.

En cuanto a calidad, el estudio detectó que los colegios subieron entre 3 y 5 puntos en el Simce de lenguaje y matemática. Sin embargo, dado que los colegios participantes en la ley llevan diferentes años desde el inicio del tratamiento, se consideró si la escuela tenía 1, 2 ó 3 años desde la aprobación del plan de mejoramiento. Sólo las escuelas que habían completado, en 2010, tres años de plan de mejora lograban un resultado positivo: subían entre 1,6 y 10,5 puntos en lectura y entre 8,1 y 13,7 en matemática.

El segundo grupo que tiene un resultado positivo son aquellas escuelas que concentran un alto porcentaje de estudiantes prioritarios (más del 60% de su matrícula está en esa condición]). Para estos establecimientos, el haber estado en la SEP implicó que subieran 3 puntos en lectura y matemáticas.

Sin embargo, para la mayor parte de escuelas particulares subvencionadas aún no se puede observar un mejoramiento en los aprendizajes vinculado directamente con la política.

En cuanto a si la SEP logró dar más oportunidades de elección a los estudiantes más vulnerables, el estudio concluyó que ello no sería así ya que estas opciones existían antes de la reforma.

Es más, el estudio anticipa que las escuelas públicas debiesen seguir perdiendo estudiantes –principalmente los más vulnerables- y que la rapidez de la pérdida de dicha matrícula se dará en función del monto de la SEP por estudiante. Así, mientras mayor sea el monto, mayor será la pérdida y posiblemente ello esté acompañado de la entrada de nuevos establecimientos particulares subvencionados en sectores de alta concentración de población vulnerable.

Es más, entre 2007 y 2011 los niveles de segregación entre los alumnos vulnerables se mantuvieron lo que demostraría que la SEP –al menos en sus primeros cuatro años-, no permitió reducir la alta homogeneidad de la composición social de las escuelas chilenas, aunque podría haber contribuido a que ésta no se siguiera profundizando.

Aún así, los investigadores concluyen que para evaluar el impacto de la SEP es necesario esperar algunos años más.


Fuente: Comunicaciones CIAE

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