Alfabetización de Adultos, historia de una “competencia” difícil de evaluar.

27 de Septiembre de 2013
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Carta de Gabriela Gómez, publicada en el Diario La Segunda, el 13 de septiembre de 2013

Los resultados preliminares del estudio de Alfabetización de Adultos son, sin lugar a dudas, preocupantes. Nos dicen que los chilenos no hemos avanzado en nuestras competencias básicas en 15 años. Sin negar que es posible que así sea, es necesario analizar un poco más atentamente el instrumento en base al cual se nos comunica esta información.

La Historia. En 1994 se publican los primeros resultados del estudio internacional "Competencias Básicas de la Población Adulta". Hecho inédito en este tipo de iniciativas: Francia exige que sus datos no sean incluidos en el reporte de resultados, más tarde, Italia también prefiere abstenerse de figurar en este informe. El gesto llama la atención de la prensa y la comunidad científica y  crea una sombra que se arrastra hasta hoy sobre la validez de estas comparaciones. El argumento francés para desconocer los resultados era que había problemas en la traducción (lo que fue confirmado) y que la metodología era demasiado experimental como para sacar conclusiones. En Chile, 15 años más tarde, se vuelve a aplicar la prueba, esta vez como una iniciativa local, sin apoyo de organismos internacionales y destacando como algo positivo el que "los cuestionarios y pruebas aplicados con 15 años de diferencia, son similares". Exacto, la misma metodología de 1998 que generó un pequeño escándalo en la comunidad científica internacional.

¿Son comparables mi abuela y mi sobrina? Es difícil pensar que la delicada situación metodológica de esta prueba no haya tenido ninguna repercusión en los resultados chilenos, sin embargo, podemos dar un salto de fe y asumir que así es. El problema no acaba allí, lo que se nos presenta como reporte son datos generales que hablan de las Competencias Básicas de la Población Adulta, la que va entre 15 y 65 años de edad, se presentan pocos resultados segmentados por grupos etarios u otras categorías. En otras palabras, de los 3500 encuestados, no sabemos cuántos hay que tengan 15 años o cuantos de 65 y no sabemos si los resultados son significativamente distintos entre ellos (se trata solo de un “pre-informe”).  En suma, una lectura más detallada del estudio y sus antecedentes deja más dudas que certezas. Por una parte, para orientar políticas públicas eficientes, sería más útil tener resultados detallados sobre la evolución por edad, por nivel socioeconómico, por género, etc. Que puede ser muy diversa en un grupo tan amplio como “la población adulta de Chile”. Por otro lado, queda la duda de la validez metodológica del estudio y el interés de replicar 15 años más tarde, una prueba cuestionada desde su origen y que no evolucionó en el tiempo. Internacionalmente, hay otros estudios más actualizados, de hecho, la misma OECD tiene un nuevo proyecto sobre alfabetización en adultos (PIAAC), perfeccionado en base a la prueba de 1994 y otras iniciativas posteriores. Chile participará actualmente en este estudio, los resultados  se esperan para el 2016. Aparentemente, deberemos esperar hasta entonces para poder tener información que permita una mirada fina, focalizada y actualizada sobre el estado de la cuestión.


Fuente: Gabriela Gómez, investigadora asociada CIAE

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