La semana pasada, el Ministerio de Educación realizó el primer encasillamiento de más de 200 mil profesores del país, con lo que se dio inicio a la nueva carrera docente, política que, entre otros, elevará los salarios de los profesores que trabajan en establecimientos financiados por el Estado, de acuerdo a su clasificación en tramos de desarrollo, y disminuirá las horas frente al aula, desde el próximo año.
La investigadora del Centro de Investigación Avanzada en Educación y Premio Nacional de Educación, Beatrice Avalos, analiza el principal aporte de la iniciativa.
- ¿Cuál es el principal aporte de la Carrera Docente a la profesión?
- El sueldo inicial sube de cerca de 500 mil a poco más de 700 mil para un profesor con 30 horas de contrato, en el tramo inicial. Eso es bastante y la carrera debería ser más atractiva de lo que es hoy. El actual sueldo de entrada a la profesión es bajo y permanece así por varios años. Con la carrera, habrá un importante aumento de ingresos. Además, la ley da bastantes posibilidades de avanzar del tramo temprano al avanzado y de saltarse tramos.
- La carrera docente sube los requisitos para entrar a Pedagogía. ¿Es un primer paso para lograr revitalizar la profesión?
- Es la teoría, que en la medida en que pones exigencias más altas al ingreso, vas a tener una mejor calidad de postulantes. Pero en algunas regiones de Chile no es tan fácil encontrar estudiantes de altos puntajes de la PSU dispuestos a estudiar Pedagogías, por lo que el proyecto arma distintas posibilidades, por ejemplo, considerar más las notas de la Enseñanza Media que el puntaje de la PSU.
- ¿Esta ley puede incentivar la atracción y retención de los profesores?
- Esa es la esperanza. Los profesores pueden estar un poco desilusionados por los resultados del primer encasillamiento, pero hay mejoras importantes como la disminución de las horas lectivas. A los profesores el tema salario les es importante, pero es secundario al lado de la carga de trabajo, del no tener ni un minuto para corregir y preparar pruebas, ni para ayudar en forma extraordinaria a alumnos que no les va tan bien. Ese es un tema que ha molestado mucho a los profesores y que ellos le llaman el agobio y que se mejora porque las horas no lectivas aumentan de 25% a 30% en el año 2017 y a 35% en el año 2019. Idealmente, hubiese sido más, en torno al 40%, pero aparentemente los recursos no daban para llegar a lo que existe en otros países.
- ¿Esto sería lo más importante del proyecto?
- En términos de las condiciones de trabajo, sí.
- Usted era crítica respecto de la gran cantidad de tramos que planteaba el proyecto. A la luz de los resultados del primer encasillamiento, ¿mantiene sus críticas?
- El proyecto tiene 3 tramos obligatorios y 2 voluntarios. Creo que habría bastado con uno voluntario. Según mi parecer, la mayoría de los profesores va a llegar al tercer tramo obligatorio. Sin embargo, el tema es cómo han concebido estos tramos. Por ejemplo, se clasifica a un profesor con entre 4 y 8 años de experiencia en un nivel llamado “temprano”, como alguien que aún necesita ayuda. A los 5 años de ejercicio, un profesional se maneja. Por ello, ese tramo debió llamarse “competente”. Y yo creo que es eso, el nombre de “temprano” y su concepto, es el que está causando rechazo de los profesores, más que el salario.
- ¿Qué le parecen los resultados del primer encasillamiento de docentes, en el que el 66% de los profesores encasillados fue clasificado en los tramos inicial y temprano?
- En teoría esa distribución es lógica, porque este primer encasillamiento se hizo con los resultados de la evaluación docente, que está diseñada para eso. No es lo ideal, pero sin ello no habría habido aumento de salarios.
- No existe evaluación por el momento para las educadoras de párvulos y ellas quedaron, por tanto, en el nivel de acceso. ¿Qué le parece esto?
- Desde el punto de vista de la importancia de la educación parvularia, su postergación es lamentable.
- ¿Qué falta para atraer y retener a los docentes?
- Hemos hecho lo que dicen los sistemas exitosos: elevar las condiciones de entrada y los salarios. La atracción dependerá de cómo se dé el proceso de la carrera, es decir, en qué medida los profesores van a recibir apoyo de parte de los mentores, que son, según el proyecto, docentes del mismo colegio ubicados en los tramos más altos.
- ¿Esta es la mayor política docente de las últimas décadas?
- No es el salto completo, pero es un salto. Es por fin haberse dado cuenta de que las condiciones de trabajo de los docentes han sido malas y que eso ha afectado incluso los resultados de la evaluación docente. Una vez que la carrera esté funcionando, vamos a tener una carrera más racional y acorde a lo que se ha definido en la ley.
- ¿Y con más impacto?
- Yo creo que el impacto se va a notar en la disminución de horas lectivas, cuando los profesores se den cuenta de que tienen más tiempo para dedicarse a la planificación de clases, entre otros.
- En términos de formación docente, ¿qué es lo más relevante del proyecto?
- La prueba no habilitante que se practica durante la carrera y que debe dar señales acerca del desempeño futuro de los estudiantes, dando tiempo a la universidad de corregir las falencias. Ahora, la formación docente requiere no sólo de controles, pero los saltos cualitativos no se resuelven con controles, hay que trabajarlos desde otros ángulos, como la reflexión de las propias instituciones, el trabajo colaborativo.