Poco más de 180 mil alumnos escogieron este año un instituto profesional o CFT para iniciar una carrera en la educación superior. Otros 153 mil optaron por una universidad. Todos escogieron la mejor opción que si hubiesen optado por salir al mercado laboral sólo con el certificado de enseñanza media. Así lo concluye un estudio elaborado por la directora de Ingeniería Industrial de la U. de Chile e investigadora del Ciae, Alejandra Mizala, junto al académico Bernardo Lara, realizado con datos de una encuesta a 1.400 jóvenes de entre 18 y 29 años, representativa de todo el país.

Sin embargo, el estudio concluye que no da lo mismo en qué tipo de institución estudiar: los que reciben los mejores salarios, en comparación con el escenario de no haber estudiado, son los egresados de universidades tradicionales, seguido de los egresados de institutos. Los titulados de planteles privados y tradicionales de bajos puntajes reciben los sueldos más bajos.

“Los titulados de institutos tienen ingresos mayores en alrededor de un 15% del salario, lo que equivale a alrededor de 60 mil pesos mensuales, en comparación con los egresados de universidades privadas masivas”, dice la autora del estudio. Para ella, “la diferencia puede ser explicada porque ser un técnico de un buen instituto puede ser mejor que ser un profesional de una mala universidad”.

El estudio forma parte del trabajo del foro de educación superior Aequalis, liderado por la ex ministra Mónica Jiménez, y será lanzado mañana. “El resultado más relevante es que conviene entrar a la educación superior, pues las rentas son altas”, dice Mizala.

Sin embargo, las rentas varían según el plantel de donde se egresó. Para ello, las instituciones fueron clasificadas en seis grupos: universidades tradicionales de altos puntajes en la PSU (como las Ues. de Chile, Católica y Católica de Valparaíso); privadas que también piden PSU (como la U. de los Andes, Diego Portales y Andrés Bello); privadas que no piden requisitos de ingreso (Santo Tomás, Gabriela Mistral, etc.); tradicionales de bajos puntajes PSU (Atacama, De Los Lagos, Arturo Prat, etc.), institutos y centros de formación técnica.

Además, el estudio considera que el perfil de estudiantes que va a cada tipo de plantel es distinto. Por ejemplo, a universidades tradicionales asisten alumnos con mejores notas en el colegio. Por eso, no se compararon los sueldos de los egresados de distintas instituciones entre sí, sino que se simuló qué hubiese pasado si un joven de las mismas características no hubiese estudiado en la educación superior y se hubiera quedado sólo con el cuarto medio.

El estudio concluyó que un titulado de una universidad tradicional gana al séptimo año de vida laboral, en promedio, $ 600 mil al mes, un 46% más que si se hubiese quedado sólo con cuarto medio, mientras uno titulado de un plantel privado selectivo logra salarios de $ 523 mil, un 42% más alto que si se hubiese quedado sólo con la enseñanza media.

En el caso de un titulado de un instituto, su salario promedio llega a $ 458 mil, un 45,7% superior que si el mismo sujeto hubiese salido sólo de enseñanza media, mientras que en el de un egresado de un CFT, la “ganancia” asciende a 34% ($ 377 mil promedio).

Y aunque los titulados de universidades privadas masivas tuvieron réditos al estudiar, lograron los menores salarios: reciben un salario un tercio más alto que si se hubiese quedado sólo con el cuarto medio ($ 430 mil). En el caso de las universidades tradicionales de baja selectividad, el salario promedio es de $ 418 mil y no hay diferencias en sus remuneraciones que si hubiesen salido de enseñanza media.

“No da lo mismo dónde estudiar”, concluye el director de la Fundación Nodo 21, Víctor Orellana.

En 2013, los matriculados de primer año en universidades privadas bajaron 6%, mientras los de los institutos crecieron 14%. “Desde 2011, las universidades masivas empiezan a decrecer. Los alumnos saben que los retornos son más bajos”, explica Orellana.