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"Lo mejor que pueden hacer los padres es acompañar a sus hijos e hijas en la búsqueda de respuesta a sus inquietudes"

lunes, 4 de mayo de 2020
En esta entrevista, el académico del IE e investigador del CIAE, Paulo Barraza, aborda desde las ciencias cognitivas, cómo puede ser el proceso enseñanza aprendizaje desde el hogar.
"Lo mejor que pueden hacer los padres es acompañar a sus hijos e hijas en la búsqueda de respuesta a sus inquietudes"

La pandemia del COVID-19 ha obligado el cierre temporal de los establecimientos educativos a nivel nacional. Como consecuencia,  durante estas semanas de aislamiento social y cuarentena, surgen dudas en relación a cuál es la mejor forma de apoyar a los niños, niñas y jóvenes con la educación a distancia. En este sentido, entender cómo funciona la enseñanza y el aprendizaje y qué priorizar, desde el punto de vista de las ciencias cognitivas, puede ser de utilidad para padres/madres u otros adultos en el contexto de educación en el hogar.

 En esta entrevista, el investigador y encargado del Laboratorio de Neurociencias, Cognición y Educación del CIAE y académico del Instituto de Estudios Avanzados en Educación de la U. de Chile, Dr. Paulo Barraza, reflexiona acerca del aprendizaje de contenidos escolares en el hogar y entrega propuestas para el desarrollo de la autonomía y pensamiento crítico de niños, niñas y adolescentes durante la cuarentena.

-¿Existen propuestas desde las ciencias cognitivas para la enseñanza y aprendizaje en el hogar?

Desde mi punto de vista, no hay ninguna receta desde las ciencias cognitivas que ayude a sostener desde la casa el tipo de educación que tenemos en Chile, una educación competitiva, orientada al extremo por el mercado. La realidad chilena nos muestra que hay padres no pueden hacer mucho respecto al aprendizaje escolar de sus hijos, ya sea porque no tienen tiempo para hacerlo o porque no tienen los conocimientos suficientes para responder las dudas escolares de sus hijos e hijas. Con todos los obstáculos que nuestro sistema impone, lo mejor que pueden hacer los padres en el poco tiempo que les queda después de "tele-trabajar" o volver de su trabajo, es dejar de lado la vieja idea de enseñar como un proceso rígido y estructurado, y centrarse más bien en acompañar a sus hijos e hijas en la búsqueda de respuesta a sus genuinas y cotidianas inquietudes, en un espacio de respeto y aceptación mutua.

-¿Qué se entiende por enseñar, desde las ciencias cognitivas?

Desde las ciencias cognitivas, el enseñar se concibe como una habilidad humana tan común como poner atención o memorizar, y que involucra la detección de vacíos de conocimientos o falsas creencias en otros, junto con la capacidad de compartir y socializar saberes de forma adecuada y pertinente. Es una habilidad tan básica en los seres humanos que incluso bebés de un año y medio de vida enseñan. 

-Y en el caso de los padres ¿cómo pueden apoyar procesos de enseñanza si no son docentes? 

Dado que el enseñar es una habilidad cognitiva básica en el repertorio conductual humano, no se necesita ser docente para enseñar. Ciertamente los docentes son mejores enseñando que una persona que no estudió pedagogía, pero eso no significa que los padres no puedan hacerlo bien. Por ejemplo, si ponemos atención a la conducta de nuestros hijos e hijas, resultará bastante fácil darnos cuenta cuando tienen un vacío de conocimiento o cuando hay algo que no sabe. Y en el caso que no nos diéramos cuenta, entonces lo más probable es que el mismo niño o niña nos va a preguntar. La idea es que al momento de darnos cuenta de esa demanda seamos honestos frente a nuestros propios conocimientos del tema. Si no sabemos del tema, lo primero es reconocerlo y luego acompañar al niño o niña en la búsqueda de la respuesta para aprender juntos.   

-Y ese aprender, ¿cómo se define desde las ciencias cognitivas? ¿Cómo aprendemos?

Somos sistemas biológicos dinámicos, complejos, autoorganizados. Dado el tipo de sistema biológico que somos, el aprendizaje se constituye como cambios que surgen durante la interacción recurrente entre organismo y medio. Desde este punto de vista, aprender tiene mucho más que ver con nuestro modo de vivir y de relacionarnos con el mundo, que con la antigua idea computacional de “transmisión de información”. 

-Pensando en ese “cómo aprendemos”, ¿qué mensaje se le puede dar a los padres a la hora de apoyar a sus hijos en ese proceso?

 Se ha reportado que algunos aspectos claves que promueve el aprendizaje en los seres humanos son la curiosidad, el error, el asombro, la sorpresa. Dicho esto, el mensaje principal estriba en animar a los padres a fomentar la curiosidad de sus hijos e hijas, motivando a que cuestionen críticamente su realidad, acompañarlos en el viaje que significa descubrir potenciales respuestas, interesarse genuinamente en aquello que les llama la atención, desafiarlos con preguntas y escuchar respetuosamente sus reflexiones. 

-¿Cuál es el papel que juegan las emociones en el aprendizaje? Considerando que actualmente los niños y niñas pueden estar enfrentados a situaciones de mucho estrés y ansiedad.

En primer lugar, debemos definir qué son las emociones para luego establecer su relación con el aprendizaje. Las emociones son estados del sistema nervioso que inducen la conducta de un organismo y las acciones que realizará en una dirección u otra. Al mismo tiempo, la acción ejecutada puede modular de vuelta el estado emocional del organismo y así cambiar la conducta futura. Por lo tanto, el modo en que me dispongo a aprender está teñido por mi estado emocional, y la acción que ejecute puede cambiar o bien conservar el estado emocional previo. Por ejemplo, en el escenario de “mucho estrés” y “ansiedad” que plantea en su pregunta, un niño o niña puede estar menos susceptible al aprendizaje de contenidos escolares, pero a la vez tremendamente receptivo a otro tipo de aprendizaje más vinculado con el manejo de situaciones estresantes. 

El modo en que el adulto interactúe con ese niño o niña, puede llevar al cambio del estado emocional y consecuentemente mejorar la disposición al aprendizaje de contenidos escolares, o bien conservar (e incluso empeorar) el estado emocional del menor, obstruyendo aún más el aprendizaje de contenidos escolares.

-Se ha hablado mucho en este tiempo de la importancia de crear rutinas de estudio flexibles con descansos entre medio, ¿qué dicen las ciencias cognitivas al respecto? ¿qué recomendarías?

Es cierto que estudiar de forma “espaciada” (estudio-descanso-estudio) parece dar mejores resultados que tratar de estudiar todo el material de una sola vez. No obstante, ningún método de estudio va a ser suficientemente útil o efectivo sin una oportuna, adecuada y constante retroalimentación por parte del adulto. La retroalimentación debe ser entendida por los padres como un modo de conversar con sus hijos e hijas acerca de la materia en estudio, usando preguntas que traigan a la mano el cómo los niños y niñas hicieron tal o cual ejercicios o como llegaron a tal o cual conclusión. La retroalimentación no es un monólogo del adulto respecto a lo que es correcto o incorrecto. En este punto no importa para nada lo que el adulto sabe o no sabe. Lo importante es descubrir los caminos que trazaron sus hijos e hijas para llegar a sus propias respuestas.

 

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Comunicaciones CIAE

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