Las escuelas y liceos necesitan apoyos diferenciados dependiendo de su etapa de mejoramiento. Esa es la principal conclusión a la que llegaron más de 20 supervisores técnico-pedagógicos de la Dirección Provincial de Educación de la región de Valparaíso, tras participar de un taller organizado por el equipo de mejoramiento escolar del Centro de Investigación Avanzada en Educación de la U. de Chile (CIAE).
El taller forma parte de una serie de actividades que realiza el CIAE para apoyar a las escuelas y sostenedores en sus procesos de mejoramiento. En esta ocasión, el taller se centró en la investigación “Lo Aprendí en la Escuela: ¿cómo se logran procesos de mejoramiento escolar?, que estudió en profundidad 12 escuelas chilenas que habían mejorado sistemáticamente sus resultados en Lenguaje y Matemática durante la última década. La investigación identificó cuatro trayectorias de mejoramiento: mejoramiento puntual, mejoramiento incipiente, mejoramiento en vías de institucionalización y mejoramiento institucionalizado.
La trayectoria de mejoramiento puntual no es considerada una etapa, ya que esta se caracteriza por centrarse en el alza de los resultados SIMCE, postergando otras áreas y procesos internos de la escuela que, de ser trabajados, permitirían llegar a un mejoramiento institucionalizado. En cambio, la trayectoria nominada mejoramiento incipiente, es considerada un primer momento del mejoramiento, ya que se centra principalmente en reestructurar y fortalecer los procesos básicos relacionados con la normalización de la escuela: puntualidad, existencia de monitoreo y seguimiento del trabajo docente, liderazgo directivo, etc. Posteriormente, en la etapa de mejoramiento en vías de institucionalización estos avances se van consolidando, permitiendo una mayor focalización en el aprendizaje. Finalmente, las escuelas en etapa de mejoramiento institucionalizado han logrado consolidar sus avances en etapas anteriores, logrando proporcionar una oferta integral de aprendizajes y conformando Comunidades Profesionales de Aprendizaje, favoreciendo un trabajo autónomo, colectivo y una fuerte Cultura del Mejoramiento.
Los supervisores participantes concluyeron entonces que el apoyo que se otorga a las escuelas debe considerar sus actuales desafíos de mejoramiento y ser diferenciado según la trayectoria de cada establecimiento. “El detenerse para mirar el proceso de desarrollo de cada escuela ayuda a definir mejor los apoyos y no dar ‘palos de ciego’ (…) el taller da cuenta del diagnóstico que los establecimientos educacionales necesitan. Las categorías del taller ayudan para poder situarnos”, afirman algunos participantes del taller.
Además, consideraron que esta visión les “aporta una mirada al desarrollo institucional para el mejoramiento institucionalizado que podría ser utilizado con las escuelas desde perspectivas comunes más objetivas”, opinó uno de los supervisores que participó en el taller.
Por otro lado, los supervisores discutieron sobre su rol ante las exigencias de la política educativa, la cual exige a las escuelas, por un lado, el cumplimiento de metas SIMCE y, por otro, el adecuado uso de la Jornada Escolar Completa en talleres artísticos, culturales o deportivos. Según los docentes, estas exigencias se tensionan con lo observado en las escuelas participantes del estudio, ya que las que se encontraban en niveles iniciales centraban sus esfuerzos en el aprendizaje de contenidos y habilidades curriculares, para paulatinamente ir incorporando otros aprendizajes tendientes a una formación integral, en la medida en que iban desarrollando capacidades internas para sostener sus mejoras y abarcar otros aprendizajes.
Al respecto, reflexionaron sobre la necesidad de avanzar en las metas que le son exigidas a la escuela, pero cuidando fortalecer en paralelo los procesos escolares que le permitirán una mejora sostenida a las escuelas, desde su realidad particular y considerando su etapa de mejoramiento. Además, desde su visión, se requiere avanzar hacia una mejor articulación con los otros organismos destinados a apoyar el mejoramiento de las escuelas (Agencia de Calidad, ATEs, sostenedores, etc.), con el fin de otorgar a la escuela un acompañamiento coherente, dirigido hacia los mismos focos, y así potenciar los esfuerzos de todos los actores relevantes.