El libro “El liceo en tiempos turbulentos”, cuya versión gratuita y descargable fue lanzada el martes 1, analiza los factores claves de los liceos que lograron mejorar, en medio de un escenario donde se analiza su posible estancamiento.

¿Está estancada la educación media en Chile? La reflexión toma fuerza después de los resultados SIMCE 2024 entregados al inicio del año escolar, los cuales mostraron que, si bien en segundo medio, los puntajes en lectura y matemáticas se mantuvieron en comparación con 2023, no se logró revertir la tendencia a la baja que se arrastra desde hace más de una década, tras el peak alcanzado en 2012.
En ese contexto, el martes 1 de abril se lanzó la edición digital y gratuita del libro “El liceo en tiempos turbulentos” (LOM, Universidad de Chile), coordinado por un equipo de investigadores del CIAE de la Universidad de Chile, que analiza las trayectorias de los liceos que han mostrado un progreso sostenido y consistente, identificando las claves y dimensiones comunes en sus procesos de mejoramiento.
El libro, fruto de una investigación de dos partes -una que analizó el desempeño de establecimientos con enseñanza media entre 2001 y 2014 y un estudio de casos de liceos de diversas localidades de Chile que tuvieron mejoras sostenidas en el periodo-, recoge precisamente cuáles son las dimensiones en las que los establecimientos trabajaron y que fueron claves en su mejora.
“Mejorar los liceos es más complejo que mejorar las escuelas. Los liceos son instituciones complejas curricular e institucionalmente y también porque preparan para la vida exterior, no solo para la carrera escolar y porque sus estudiantes traen sus historias y sus contextos”, sostiene Cristian Bellei, investigador del CIAE y uno de los coordinadores del libro.
Coincide Juan Cristóbal García Huidobro, s.j., delegado para la Educación Escolar de la Compañía de Jesús en Chile, quien fuera uno de los participantes del webinar ¿Educación media estancada? Estrategias de los liceos y las políticas públicas para su transformación, en el que se presentó el libro: “La educación media es muy compleja y se ha complejizado más con muchas políticas para la educación superior. Es un espacio donde estudiantes se conectan con su identidad, contexto e historia, y muchas de las dificultades no se resuelven solo mejorando mecanismos como las clases de matemáticas, sino repensando la educación media, que es un espacio clave en el proyecto de vida de las personas”.
Sin embargo, pese a estas complejidades, después de una intensidad de políticas educativas que Chile impulsó desde la década de los 90 hasta principios de los 2000, ha habido pocas políticas específicas para atender exclusivamente a la enseñanza media, reconocen los expertos.
Según explicó la subsecretaria de Educación, Alejandra Arratia, el trabajo del gobierno se ha centrado en 3 líneas claves para la enseñanza media: una mirada integral de los aprendizajes; el bienestar subjetivo de los y las estudiantes; y lograr una experiencia significativa más pertinente desde las definiciones de política pública, en específico, desde el currículo. “Debemos pensar cómo la escuela se hace cargo de esos desafíos: en el caso del Plan de Reactivación Educativa, es muy importante el eje 1, de convivencia y salud mental. Pero también el desarrollo de capacidades respecto a definiciones evaluativas, por ejemplo, cómo desde la evaluación formativa se pueden desarrollar clases más desafiantes y con retroalimentación. Porque si olvidamos que los jóvenes están en diferentes etapas de desarrollo de aprendizaje, vamos, inevitablemente, a excluir a algunos y algunas. Esa diversidad dentro del aula se va acrecentando a medida que las y los jóvenes avanzan en su trayectoria formativa”, reflexiona.
Dimensiones clave
En ese contexto, el estudio intentó establecer cuáles han sido las dimensiones en las que los liceos que lograron mejoramientos sostenidos han trabajado.
“La política educativa no ha sido un gran apoyo para los liceos y, sin embargo, lograr estos procesos de mejoramiento de mediano y largo plazo en enseñanza media requiere apoyo y generar capacidades de gestión”, sostiene Bellei. ¿Cómo lo hicieron? El estudio logró identificar cuatro grandes dimensiones de la mejora.
La gestión institucional es una de éstas. “Una de las palabras claves del mejoramiento son que los liceos desarrollan procesos de alta complejidad, son capaces de hacer cambios institucionales mayores que requieren liderazgo y directivos y sostenedores comprometidos con la mejora, como convertir liceos de hombres en mixtos o liceos científico-humanistas en polivalentes”, explica Bellei.
Para Karina Sabattini, directora del SLEP Punilla Cordillera -quien también participó del webinar- esto habla de liceos que se atrevieron a ser rebeldes, salieron del marco y se atrevieron a hacer algo distinto, que es algo que en su SLEP han trabajado con los directores y directoras.
Otro de los hallazgos del libro es que, por lo general, las estrategias de mejoramiento no se quedan solo en una sola táctica, sino que abordan numerosas dimensiones y lo realizan en varios ciclos de mejoramiento para que haya una generación de capacidades endógenas. “Las trayectorias de mejoramiento exitosas (efectivas y sostenidas en el tiempo) se focalizan en una noción amplia de aprendizaje, involucran diferentes estrategias, áreas y niveles, se basan en una cultura profesional docente y de fuerte identidad colectiva”, explica Bellei.
A ese respecto, el estudio encontró que la cultura profesional docente y los procesos pedagógicos-curriculares son el gran capital para impulsar cambios sustantivos en los liceos, lo que supone, entre otros temas, constituir equipos docentes estables y comprometidos. “Los docentes son los protagonistas, pero eso significa autonomía con responsabilidad, para el trabajo profesional y para asumir la responsabilidad sobre el aprendizaje y la enseñanza y así el trabajo profesional se vuelve un aprendizaje entre pares”, explica Bellei. En esta dimensión también se incluyen aspectos como estrategias para gestionar la heterogeneidad del estudiantado y ampliar los aprendizajes con pedagogías innovadoras.
Finalmente, un aspecto crucial han sido el compromiso con los estudiantes, aspecto clave debido a la complejidad de la educación media: Los liceos estudiados hicieron esfuerzos para responder con apoyo especializado a las diversas necesidades educativas y propiciar el bienestar subjetivo de sus estudiantes, atendiendo desde las necesidades personales hasta de consejería sicológica y vocacional.
“Cómo estamos mirando la media hoy no necesariamente responde a los intereses de los estudiantes. Pero estamos avanzando en esa línea: en nuestro caso, los estudiantes tienen representación en comité directivo y en consejo local, donde conversamos que esperan de su educación, cómo se proyectan, hoy no solo los adultos estamos pensando qué modelo pedagógico”, afirma Karina Sabattini, del SLEP Punilla Cordillera.
Francisco Manqui, director de uno de los liceos estudiados, cree que este punto es fundamental, pero que hoy se puede enfrentar con el apoyo de nuevas herramientas para la toma de decisiones: “Cómo hacerse cargo de la heterogeneidad de los estudiantes es muy complejo, pero hoy existen nuevas herramientas como tomar decisiones en base a datos, por ejemplo, qué tipo de estudiantes llegan a primero medio y tomar decisiones en base a la información que se levanta”, señala.
Por último, la gestión del contexto y la apropiación de políticas públicas también es clave. Por ejemplo, el estudio encontró que los liceos están buscando fuertemente apoyo tanto de parte los sostenedores, empresas, academia o de las escuelas básicas para construir redes. “La clave son las redes de apoyo para lograr estos cambios”, explica Bellei. Es precisamente uno de los elementos que el director del Liceo Bicentenario People Help People, de Pilmaiquén, Francisco Manqui, destaca, en su caso como miembro de SNA Educa: “en nuestro trabajo, una de las fortalezas es hacerse parte de una red o buscarla”, señala.